Del año 1432 y del año 1434 se conservan dos documentos que hacen referencia a donativos destinados a la realización del retablo mayor de la iglesia de Santa Maria de Verdú. El Museo conserva doce tablas de este retablo que se han expuesto en una sala monográfica siguiendo el orden cronológico de la narración sagrada, ya que es difícil saber establecer con certeza su hipotética composición arquitectónica original. Jaume Ferrer II fue un pintor leridano activo a lo largo del periodo de la segunda etapa del gótico internacional y formado posiblemente en el taller de pintura que su padre –Jaume Ferrer I– debía de tener en la ciudad de Lérida. Su obra más conocida es el retablo de la capilla de la Paeria de Lérida, conservado "in situ", realizado hacia 1450 en un periodo avanzado de su producción artística. En cambio, el retablo de Verdú es una obra de juventud en la que se observan ya los rasgos característicos del nuevo periodo especialmente en lo relativo al detallismo con que se describen los paisajes exteriores de los fondos de las tablas, y la minuciosidad y la riqueza de las escenas interiores. Estas novedades del segundo periodo del gótico internacional, introducidas en los mismos años treinta en Barcelona por Bernat Martorell, se pueden apreciar en la escena de la Anunciación en la que Jaume Ferrer pinta los objetos del escritorio de la Virgen buscando el efecto de la profundidad que da la luz al proyectar su sombra detrás. Por otra parte la exquisitez con que pinta la indumentaria de los Reyes Magos de la escena de la Epifanía está muy lejos de aquella sobriedad del mundo italogótico sienés del trescientos y le acerca al gusto por el detalle del mundo flamenco, así como a la moda lujosa imperante en Florencia y en las cortes europeas de la época.