Instrumento de maniobra y fondeo atado a una cuerda que lo unirá a la embarcación al tirarlo al agua. Sobre una base en cruz se elevan cuatro brazos que se unen en uno solo, de tal manera que entre los cuatro brazos queda encarcelada la piedra.
En euskara este tipo de anclas se conocen como arrankilla o pikatxoa y se han hallado ejemplares en excavaciones submarinas en las costas de Terranova y Labrador, testimonio de la presencia de pescadores vascos en estas aguas durante los siglos XVI al XVIII.
El ancla que vemos en la imagen proviene de Pasai San Pedro (Gipuzkoa) y fue adquirida a José Manuel Olave en 1989. Pertenece a la colección del Museo Naval – Untzi Museoa de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
Bibliografía:
Benito Domínguez, Ana María. Aproximación a la historia de las anclas líticas a partir de las recuperadas en la costa gipuzkoana. Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco, 3. 2000. 665-684.
Egaña Goya, Miren. XVI eta XVII mendeetako Canadako Ternua eta Labrador-eko euskal leku-izenen zenbait berri. Anuario de Eusko-Folklore, 1984. 32, 31-41.
Merino, José María. La pesca desde la prehistoria hasta nuestros días (La pesca en el País Vasco). Vitoria-Gasteiz : Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen-Zerbitzu Nagusia, 1991. 152
Número de inventario: GFA-037423-001