Los dos ángeles turiferarios que se conservan en el Museo de Cádiz estuvieron posiblemente situados en el pasillo del sagrario de la Cartuja de Jerez, donde se localizaban los santos cartujos. Zurbarán asocia los colores sin temor a contrastes atrevidos, utilizando tonos intensos. La figura del ángel está cargada de solemnidad y elegancia. Es admirable no sólo el uso del fuerte color de la túnica que contrasta maravillosamente con el corpiño sino el cuidado del dibujo y el tratamiento de los pliegues. Se trata, sin duda, de una obra maestra.