La composición aparece centrada en dos grupos claramente definidos. A la izquierda, tres ángeles niños, sobre unas nubes, sostienen un relicario de igual tamaño que sus cuerpos. A la derecha, una pareja de ángeles muy semejantes a los anteriores elevan un relicario, esta vez, de menor tamaño. En ambos casos, nos encontramos ante modelos muy similares a los dibujados en otras ocasiones por Reinoso, que manifiesta la influencia de Antonio del Castillo. Igualmente, en ambos casos, los relicarios -que también podrían ser considerados espejos- presentan una tipología característica de modelos del siglo XVII, con decoración de una cartela enmarcada por ces y sobre una base y una macolla o nudo que presenta esquemas diferentes, siendo de forma prismática el de la izquierda, estando rematado, en la parte superior, por un querubín, mientras el nudo del relicario de la derecha responde a los denominados de jarrón ovoide, apareciendo cortado en su parte superior.