Esta jarra con asa se denomina múcura, según una palabra que el diccionario español atribuye a Cumaná, Venezuela, y que significaría “Ánfora de barro que se usa para conservar el agua”. Los muiscas de los altiplanos centrales de Colombia usaron muchas jarras como estas y se sabe que además del agua transportaban la chicha, palabra de origen chibcha para la bebida de maíz fermentado. Los muiscas usaban grandes cantidades de esta cerveza de maíz en sus ceremonias y reuniones, pero también llevaban múcuras de ella para refrescarse cuando trabajaban los campos.
Esta jarra tiene una fina decoración pintada y modelada. El cuello de la vasija es un personaje sentado: lleva al pecho un collar de algodón y placas colgantes de orfebrería, en la cabeza un tocado blanco que debió ser tejido en algodón, puesto que los muiscas no tuvieron animales de lana. El hombre estaba pintado con negro de jagua (Genipa americana) y rojo de achiote (Bixa Orellana); en su retrato el ceramista utilizó óxidos de hierro para el rojo, carbonatos de calcio para el blanco. El motivo pintado sobre el hombro de la vasija, a los pies del personaje, es muy interesante y se repite una y otra vez en la franja que rodea la vasija, así como en numerosas jarras y copas de cerámica muiscas. De un círculo roto o no cerrado sube una gruesa línea negra que luego baja y termina en otro círculo igual. Bajo esa línea en forma de “^” hay dos gruesas “patas”. Al comparar numerosas versiones del motivo es claro que estiliza un felino arqueado, jugando gráficamente con que el “círculo” de un extremo es la cabeza y oreja del animal y el otro es su cola levantada en posición de ataque. De hecho, estos animales capicúa pueden leerse igual de derecha a izquierda que de izquierda a derecha. Los rellenos decorativos de puntos, por cierto, estarían aludiendo a la piel manchada del felino. El personaje sentado lleva al centro de su tocado blanco, como un emblema, una roseta con el mismo motivo del rostro del felino: un círculo partido en cuatro partes marcadas con cuatro puntos. Es un símbolo común en la América precolombina (maya, inca) para representar las cuatro partes que conforman todo el universo. Vemos entonces un hombre-jaguar, y su poder se extiende sobre los cuatro confines del mundo. EL
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