Esta flauta se soplaba por un orificio rectangular ubicado arriba, entre las orejas, y sus sonidos se modulaban mediante los orificios de digitación a lado y lado de la cara y en el ombligo. A diferencia de las figuras antropomorfas de los muiscas, muchas representaciones humanas de los taironas de la Sierra Nevada de Santa Marta se complacen en describir los vestidos y adornos. Es una suerte, porque debido al clima húmedo y tropical de la Sierra ninguno de estos atuendos se preservó hasta nosotros. Vemos aquí a una persona que porta una gran máscara que se apoya en los hombros y termina bajo el motivo en zigzag. Con los brazos en jarra, la apariencia masiva de la figura hace pensar en un oso, más que en un felino, pero esta opinión ameritaría un análisis comparativo de muchos objetos semejantes. Justamente por otras muchas cerámicas podemos saber que el motivo iconográfico de triángulos y líneas de los brazos, muy común, se asocia con la piel de la serpiente. Se dibujaron además brazaletes, un cinturón decorado con puntos y rayas, un faldellín… y un pantalón. Muchas veces las ocarinas tairona parecen portar pantalón. Casi todas muestran borlas decorando gorros y tocados, y en efecto las líneas verticales que vemos debajo de cada oreja representan borlas de hilo. El objeto fue modelado en arcilla y retocado cuando estaba seco excavando triángulos y detalles de los colmillos, hasta lograr la característica decoración barroca del estilo tairona. EL