Antonio Herrán (1797-1868), natural de San Bartolomé de Honda, ingresó al Rosario como manteísta y luego vistió la beca de colegial, en 1815. Tuvo los empleos de maestro de ceremonias, consiliario y vicerrector. En la Iglesia, alcanzó la dignidad de arzobispo de Bogotá, en 1855.