Pequeños restos hallados en las proximidades del Edículo Apostólico durante las excavaciones realizadas a finales del siglo XIX. Entre ellos se pueden identificar restos de pavimento además de pequeñas cuentas y una especie de colgante de vidrio, relacionados con el edículo originario que permiten un acercamiento a las vicisitudes por las que pasó el edículo así como los distintos estratos que terminaron por enmarcarlo.
A pesar de esto, el pequeño tamaño de los fragmentos y la ausencia de datos sobre su localización dificultan un estudio más pormenorizado en cuanto a su datación, aunque la hipótesis de Acuña Castroviejo, que los sitúa entre los siglos IV y V, es la más aceptada.