Este diorama se ambienta en el año 1911, y recoge el desenlace de la exhaustiva investigación llevada a cabo por la Guardia Civil, sobre el cruel asesinato y descuartizamiento del niño de siete años Bernardo González, con la entrega de los autores, tres hombres y una mujer, al Juzgado de Instrucción de Gador (Almería). Fue uno de los casos esclarecidos por la Guardia Civil más importantes y elogiados de esa época.