El arco y la flecha habían sido perfeccionados durante milenios para la caza y la guerra. La novedad en torno al tercer milenio se encontraba en que las puntas de flecha se fabricaban de cobre, característica de la primera metalurgia.
Aquí nos encontramos con varias piezas del equipo utilizado para el tiro con arco. Una placa de diorita pulimentada, que protegía el antebrazo de quien tiraba, y dos puntas de flecha metálica de forma lanceolada.