La presencia del elefante asiático (Elephas maximus) en el Real Gabinete ilustra la relevancia que tuvieron los animales procedentes de América y de Filipinas en las colecciones zoológicas reales durante el siglo XVIII. Este ejemplar fue un regalo del gobernador de Filipinas al rey Carlos III, al que le gustaban mucho los elefantes.
Sin duda estamos ante una de las piezas más valiosas del Museo, ya que se trata de uno de los ejemplares naturalizados más antiguos que se conocen. La taxidermia fue realizada por el disecador y dibujante del museo Juan Bautista Brú, que colocó la piel sobre una escultura de madera realizada por los escultores Roberto y Pedro Michel de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. A instancias del rey, el esqueleto se montó a parte y actualmente se exhibe junto al elefante naturalizado.