En la obra de Saumells hay algunas figuras, como el astrónomo, que aparecen muchas veces a lo largo de su trayectoria con ligeras variantes. La imagen típica de la serie es la de un hombre de ademán transportado que mira al cielo y, abstraído en el infinito, se olvida de su ser material. Tiene el cuerpo configurado en ascensión regresiva. Sus miembros inferiores, llenos y musculados; a partir de la cintura, se adelgaza. La exhibición de la osamenta tiene un sentido premonitorio: nos anuncia el destino fatal que impone la naturaleza; simboliza en conjunto la muerte sin remedio; evoca el tiempo y pone en cuestión la eternidad. El astrónomo mira arriba hacia el cielo: el espacio sublime. Es el modelo del hombre espiritual. Lluís M. Saumells Panadés (1915 –1999) Realizó su primera exposición en Tarragona, en 1934, en el Ateneo Tarraconense, y en 1945 se trasladó a París con una beca del gobierno francés. Al volver de Francia, en 1949, es nombrado director de la Escuela Taller de Arte de la Diputación de Tarragona, ciudad donde residirá, exceptuando algunas estancias en Palma de Mallorca. El artista, con una volumetría definida, presenta el mínimo de detalles, creando una tipología propia que, con pequeñas variantes, trabajó constantemente: figuras de carácter expresionista de manos de dedos alargados y delgados y caras de rasgos angulosos. Estas características son aplicables también a su producción pictórica y sobre papel. Su compromiso con el arte lo llevó a convertirse en un verdadero promotor cultural en la ciudad. Enric Baixeras