¿Cuántos autógrafos de Cervantes, es decir documentos escritos por él mismo, se conservan? Tan solo once. Y casi todos ellos vinculados a su vida profesional como recaudador de impuestos por diferentes pueblos de Andalucía. Nada que ver con su vida literaria y, mucho menos, con detalles personales.
Como sucede con este autógrafo, el único conservado en la Biblioteca Nacional de España. Uno de los grandes problemas del cobro de impuestos –y causa de que Cervantes conozca la cárcel- será el de las fianzas, las peticiones continuas de los contadores de nuevas fianzas. Cervantes pone como aval su crédito y el hecho de estar casado en la villa: “yo no tengo más fianzas y que son bastantes cuatro mil ducados, y ser yo hombre conocido, de crédito y casado en este lugar”.
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