El principal impresionista español, Darío de Regoyos, mantuvo una estrecha relación con Irun desde que en 1883 su madre se estableciera en la villa guipuzcoana, donde el pintor residiría de forma intermitente en los siguientes años. Su atracción por el entorno del Bidasoa, que perduró en el tiempo, le llevó a pintar en infinidad de ocasiones las poblaciones de Hondarribia e Irun; sus espacios urbanos y sus alrededores rurales. En buena parte de estas obras, el monte Jaizkibel se erige en protagonista de una composición que contribuye a articular. Aquí, Regoyos contrarrestó la tendencia marcadamente horizontal que determina su masa mediante las diagonales que generan los campos de maíz, sobre los que se levanta la mole de la iglesia del Juncal. El cromatismo, en el que armoniza verdes fríos con amarillos y azules, es representativo de su época de madurez.
Mikel Lertxundi Galiana
Número de inventario: GFA-047545-001