Nos encontramos frente a una obra es única desde el punto de vista de la escultura hispanorromana por su iconografía y también por estar realizada en el denominado estilo arcaico.
El escultor ha realizado la obra siguiendo modelos griegos, y para ello ha seguido el ejemplo de las korai y de sus vestidos, esculpidas en el siglo VI a. C. Va vestida con túnica con mangas, ceñida al talle y con caídas laterales sobre la cintura. Por encima de los hombros y cubriendo, en parte, los brazos lleva un manto que se anuda en el pecho. La piel de un felino cae desde su hombro derecho y una larga y original guirnalda de frutos y hojas recorre su cuerpo desde el hombro izquierdo, cruza el pecho, y cae por debajo de la cadera hasta la parte inferior.
La bacante formaba parte de la escultura decorativa de algún jardín de una domus o una villa en la Bética.