La costumbre del tapeo está muy arraigada en todas las regiones españolas, y tiene en cada una sus particularidades. En los bares del País Vasco, en el norte de España, las barras están en llenas de apetitosos pinchos. El origen del nombre procede de su presentación, pinchados con un palillo. "En grandes bandejas o platos dispuestos artísticamente sobre el mostrador, abren el apetito del cliente", apunta la historiadora Almudena Villegas en su libro "Cocina española e internacional: Arte culinario a través de los productos".