Esta maqueta trata de reconstruir la imagen que pudo tener la basílica de Alfonso III en la ciudad de Santiago. El nuevo edificio, de mayores dimensiones que su predecesor, de época de Alfonso II, surge debido al impulso que estaba viviendo el culto a Santiago.
Se trata de un templo de planta basilical, compuesto por tres naves separadas por arcadas y cabecera rectangular, la cual alberga el edículo apostólico. Como observamos en esta recreación, en su fachada occidental contaría con un atrio cuyas dimensiones coincidirían con el ancho de la nave central. En su cara norte se ubicaría un espacio dedicado a baptisterio.
Para su construcción se trasladaron por iniciativa regia materiales antiguos procedentes de diversos lugares del territorio peninsular con el fin de engrandecer aún más la nueva basílica apostólica.
La supervivencia de algunos de sus elementos, como algunas trazas bajo la catedral o elementos arquitectónicos, permiten reintegrar la imagen que el templo pudo tener en origen, el cual guardaría relación con modelos asturianos, como puede ser el caso de San Salvador de Valdediós.