Este baúl deviene en prodigio por la singularidad de su factura, inspirada en la composición geométrica de la lámina LXXV del cuarto Libro de Arquitectura (1537), del boloñés Sebastiano Serlio. Las placas de carey se entrelazan en una urdimbre de patrones geométricos y cruces de planta cuadrada, al tiempo que una delicada lámina de plata decora los contornos. La bocallave da cuenta de la identidad y rango de su propietario: el licenciado Diego Ruiz.
Alma de madera con aplicaciones de plata laminada , calada y trabajada a punta de buril; carey, ébano y hueso