Vaso de perfil quebrado, de forma ancha y abierta en el cuello, que presenta borde redondeado, exvasado, continuo y cuya base se sustenta sobre un pequeño omphalos (umbo). Presenta forma acampanada dentro del más puro estilo campaniforme. Las superficies están perfectamente alisadas, la exterior con un tono medio dentro de la gama de la sombra tostada y la interior, sepia. La cocción es oxidante y los desgrasantes gruesos. La superficie exterior presenta una elaborada y profusa decoración incisa organizada en dos anchas franjas. La primera de ellas parte del borde con un zig-zag triple, rayado en su límite inferior; cuatro líneas horizontales dan paso a una serie de ocho zig-zags con los exteriores rayados, culminando con cuatro líneas paralelas que completan el esquema decorativo del cuello. La franja decorativa del galbo ofrece series de líneas horizontales alternando con dobles zig-zags enfrentados, formando rombos con los exteriores rayados, y en el centro un zig-zag cuádruple con los exteriores igualmente rayados, para terminar con un zig-zag simple con el límite superior rayado. La base presenta una banda compuesta de dos series concéntricas de zig-zags triples que alternan con líneas verticales. Esta pieza es una muestra representativa de la cerámica campaniforme, que adopta el nombre de su forma de campana invertida. Esta cerámica comienza a aparecer en un momento avanzado del Calcolítico, cerca del III Milenio a n.e. y se mantiene durante parte de la Edad del Bronce (II Milenio a.n.e.) Es una cerámica de alta calidad que conocerá gran expansión territorial, apareciendo en lugares muy alejados entre sí, lo que justifica la importancia de los contactos comerciales interculturales en este momento de la Prehistoria.