El vestido, de estructura trapezoidal, es largo por debajo de la rodilla. Con cuello a la caja, sin mangas y abierto por delante de arriba abajo. Lleva canesú, pinza de cadera a pecho, y de cadera a centro de la sisa. Los botones, grandes, van forrados en cordoncillo de algodón.
Este modelo, conocido como «vestido-saco», muestra la línea original en la que trabaja Balenciaga en la década de los años cincuenta. Vestidos sueltos y cómodos que contrastan con la línea ajustada que era usual en estos mismos años. La línea «barril», así definida por el maestro, apareció en 1947, y a partir de ese momento fue innovando gradualmente en las holgadas espaldas de sus prendas, lo que le llevó a crear el vestido-túnica en 1955 y, en 1957, el vestido-saco. En ellos reinterpreta las formas femeninas y obvia el talle, generando unas siluetas totalmente novedosas en la historia de la moda.