Este biombo de diez hojas, fue decorado en ambos frentes –o en “dos azes” como se les denominó en los siglos XVII y XVIII- con una vista panorámica de la Ciudad de México y distintas escenas de la Conquista.
El frente que aquí se observa, corresponde a la vista de la Ciudad.
Su creación responde al gusto que anima a un importante conjunto de obras semejantes realizadas en la Nueva España en las últimas décadas del siglo XVII. Inspiradas por la reivindicación criolla, estas piezas hacen las veces de verdaderos alegatos de estos intereses ante las máximas autoridades del poder virreinal.
Aunque solía dedicarse al anverso o frente principal a la Conquista, reservándose el reverso para la representación urbana, en este caso la narración histórica se supedita a la imagen citadina, que es la muestra más elocuente del buen gobierno local y el punto clave del origen del reino de la Nueva España. Con el dominio de la ciudad y la destrucción de sus antiguos templos se impone el nuevo orden representado por los conquistadores y sus herederos más directos, los criollos, que reclaman de mil maneras el protagonismo que la metrópolis les escatima.