La pintura de Zurbarán se caracteriza por la precisión del dibujo, el claroscuro que supera el tenebrismo y una genial aplicación del color. Abundan las figuras en primer plano sometidas a una luz fuertemente contrastada con las sombras, en las que el color está dispuesto en grandes superficies, consiguiendo sensación de volumen y monumentalidad. Zurbarán supo expresar como nadie el sentido de la religiosidad monástica. El Beato John de Houghton era uno de los cartujos que decoraban el pasillo del Sagrario de la Cartuja de Jerez. Estas tablas forman una de las mejores series del artista.