La noria de sangre fue el sistema más conocido para extraer agua en al-Andalus. Accionada por un animal, consistía en un engranaje con dos ruedas: Una horizontal, movida por un animal a la que está unido por medio de un brazo de madera (pértiga de transmisión). Otra vertical, situada dentro del pozo, a la que están unidos los arcaduces que se llenan de agua al sumergirse en ella y se vacían al exterior sobre una canaleta que la recoge.