El tesoro apareció en 1943, en el interior de una vasija de barro que no se ha conservado. Está formado por diecinueve piezas de oro con un peso total ligeramente superior a 1,5 kg y representa un curioso enigma en la prehistoria de la península ibérica, puesto que la dispersión de los torques de tampones o extremos ensanchados, a la que pertenecen la práctica totalidad de los objetos identificables del tesoro, se circunscribe a las Islas Británicas y la costa atlántica francesa. Se ha planteado que su anómala aparición en Extremadura esté en relación con las corrientes comerciales atlánticas, a través de las cuales habrían llegado estas joyas, quizás como presente u objeto de intercambio.
Otra explicación posible tiene en cuenta que el conjunto está formado exclusivamente por piezas fragmentadas y por barras retorcidas que se asemejan a brazaletes, por lo que se ha propuesto que pudiera haber llegado ya como material fuera de uso y valorado exclusivamente como materia prima, es decir, como "chatarra" destinada a crear nuevas joyas al gusto local.