Pulsera de oro de 16 cuentas decoradas, unas presentan una franja central y otras están talladas de forma gallonada. La labor de filigrana y de soldadura de cuerpos semiesféricos es evidente. Los metales preciosos solían ser aprovechados y reciclados para otros usos, así las perlas o piedras que completaban la pieza eran motivo de extracción para completar otras o atesorar. Desde el S. XI aparece una orfebrería islámica peculiar que se ha ido alejando de las influencias grecorromanas y sasánidas. La decoración epigráfica y el perfeccionamiento de técnicas ancestrales será la base de esta nueva proyección. Cincelado, repujado o filigrana serán algunas de dichas técnicas, en nuestro caso la pieza se trabaja con filigrana en algunos elementos de la misma, que consiste en ir soldando finísimos hilos del metal elegido o el granulado, depositando pequeñas gotas o esferillas sobre una lámina previamente tratada o sobre una pieza soporte que después se elimina (tierra cocida, madera, ceras...) quedando ahuecada la obra final.