Durante los veranos de 1917 y 1918 el pintor y su familia se instalan en la "Villa Sorolla", una casa situada en la falda del Monte Igueldo de San Sebastián. Allí Sorolla pinta multitud de apuntes de pequeño tamaño, muchos de esos realizados en la misma playa de San Sebastián como
vemos en diversas fotografías. Esta obra representa una escena en el paseo marítimo de San Sebastián. El cielo nublado y el ambiente de tormenta le hacen variar la paleta, recurriendo a grises verdosos en el agua que se complementan con los malvas que predominan en el cielo nuboso. Sorolla pone de manifiesto su prodigiosa capacidad de percepción para captar la sutileza del fenómeno atmosférico.
La mayoría de las obras realizadas en las playas de San Sebastián, Biarritz y Zarauz tienen un carácter urbano que las distingue de las escenas del Mediterráneo. En Valencia las figuras viven el mar, aquí las figuras lo contemplan como un espectáculo desde el paseo marítimo que hace la función de palco.