Hoja de hacha fundida en bronce en un molde (arcilla / piedra) univalvo. La pieza presenta forma trapezoidal siendo el talón de sección rectangular y más estrecho que el resto de la pieza; los lados nacen desde este punto abriéndose ligeramente hasta llegar al filo que es considerablemente más ancho y tiene forma curvada. Este filo presenta algunas grietas, posiblemente debido a su uso. En general, la pieza es muy homogénea, no siendo muy acentuada la diferencia de anchura entre filo y talón, como ocurre en otros útiles similares. Esta hoja carece de reborde, rasgo característico de las hachas del Bronce Final, de ahí que la fechemos entre el Bronce Inicial y Medio. Localizadas generalmente en sepulturas de personajes distinguidos, los elementos realizados en metal se generalizan en todo el Alto Guadalquivir. Presenta un paralelismo con algunas piezas halladas en la Cultura del Argar (Almería). Con la cultura argárica se introduce el bronce, aleación de cobre y estaño, aunque el material más empleado es aún el cobre arsenical. Las armas se fabricaban mediante moldes univalvos. Este fondo cultural de tradiciones múltiples sirvieron de sustrato a las influencias fenicias y griegas, las cuales dieron el estímulo decisivo que configuró la cultura ibérica del Sureste, simultánea con la tartésica de la Baja Andalucía.
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