Figura masculina sobre peana rectangular. Representa a un torero que posa su mano izquierda en la cadera, mientras que con la derecha hace ademán de sujetar una muleta. Luce anchas patillas, y va tocado con sombrero calañés y ataviado con chaquetilla azul decorada con alamares, chaleco amarillo, camisa blanca con corbata roja, taleguilla negra y botas camperas marrones.
Los barros andaluces reproducen tipos populares y escenas costumbristas, exaltando los valores folclóricos y tipistas que tenía España en el imaginario romántico europeo. Respondían a una creciente demanda en Europa y especialmente en Inglaterra, donde se buscaban como preciado objeto de coleccionismo, para recuerdo o "souvenir". También la burguesía española los adquiría para decorar sus hogares.