Como la mayoría de las obras que forman parte de la donación González Abreu, la Virgen Dolorosa de Pedro de Mena no tiene documentación previa a la compra e ingreso en esa colección particular. Esto provoca que la pieza sea difícil de catalogar en cuanto a su posible origen.
El tema de la Dolorosa o Virgen de la Soledad se identifica consustancialmente con el espíritu del patetismo flamenco de finales del siglo XV, época en la que se crea este modelo iconográfico, muy arraigado en la imaginería granadina, que le confiere unos rasgos propios, claramente identificables, como el tratamiento del tema utilizando solo el busto, derivado del busto sagrario, o busto relicario.
Esta Dolorosa de Mena participa de los rasgos definitorios del artista: es una talla en madera de algo más del medio busto, con el rostro pequeño, los párpados grandes y la mirada elevada y pesarosa, que transmite la vivencia con profundidad del drama de su hijo.