De la afamada caldereta de cordero, aún vigente a día de hoy en Extremadura y Castilla, indica el historiador Gervasio Manrique que la auténtica caldereta pastoril se guisa a base de sangre, hígado y especias, además de la carne de cordero, claro está, y diversas hortalizas como pimiento, cebolla y tomate. Se deben emplear en este plato todos los entresijos aprovechables del animal, aunque las calderetas que han llegado a nuestras mesas estén aburguesadas y lleven menos casquería y más carne de cordero que las genuinas. No pueden faltar el pimentón y el laurel para la sazón.