Este calvario formaría parte del coronamiento de un retablo del que no se tiene noticias. A falta de documentación que atestigüe su procedencia, la pintura establece similitudes con las composiciones que el pintor realizó en los remates de los retablos realizados en la provincia de Huesca “Santo Domingo de Guzmán” en Almudévar y en el de “Santa Catalina de Alejandría” para la iglesia de Santa María Magdalena de Huesca, por lo que la pintura se podría datar en 1490.
Las figuras denotan un fuerte modelado marcado por pliegues muy angulosos en los ropajes y los rostros están dotados de gran expresividad. Al fondo un paisaje que muestra la ciudad amurallada de Jerusalén que reitera modelos urbanos ya vistos en otras obras del pintor.
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