Durante siglos la cera fue uno de los materiales utilizados como sistema de iluminación. Uno de los productos más comunes elaborados con este material, eran las candelas, en forma de cilindro o prisma con una mecha central para encender y dar claridad.
Los candelabros eran los soportes indicados para aguantar las candelas. Podían tener dos sistemas de sujeción: un cilindro donde se encaja la candela, o pinchos para clavarlas en ellos. Este candelabro combina los dos sistemas, una cilindro en lo alto y cuatro soportes de pinchos, a un nivel inferior. Debajo dispone de una bandeja destinada a recoger los goteos de la cera.
Aparte de elementos funcionales los candelabros eran objetos artísticos que admitían importantes trabajos de decoración de acuerdo con el estilo imperante en cada época, en este caso flores de lis, florones y cabezas de dragón.