Este capitel presenta sus cuatro caras decoradas con unos monstruos alados que se afrontan entre ellos y que se unen por las cabezas, situadas en los ángulos en el sitio que en un capitel clásico correspondería a las volutas. Las alas y las colas de estos monstruos se entrelazan y describen un hermoso juego de curvas y contracurvas que llena de ritmo las cuatro caras del capitel.