Retrato de doña Carmen Moreno sentada ante un tocador de caoba, con un vestido con varias capas de tul sobre tafetán blanco y cinturón celeste a juego con los zafiros del aderezo, y sosteniendo un abanico cerrado con su mano derecha; en una estancia que se abre a una galería que a su vez se comunica con un jardín, donde aparece una doncella peinada con moño alto o peinado jirafa, característico de la década de los treinta del siglo diecinueve, sujetando unos guantes y una capa. En el tocador aparecen algunos de los elementos propios de una dama de alta alcurnia como los tarritos con maquillajes, los ungüentos y el perfume.
Carmen Moreno, marquesa de las Marismas del Guadalquivir, fue esposa de don Alejandro Aguado, militar, banquero y gran mecenas artístico. La obra de magistral dibujo y predominio del detalle está firmada y fechada en 1833 en Petit-Bourg (cerca de Corbeil, Francia), lugar donde los marqueses tenían un castillo y centro de encuentro de pintores, escritores y músicos de la época. Además podemos contemplar la siguiente inscripción en el ángulo inferior derecho, en la base del tocador: "La Excma. Sª. Dª. Mª del Carmen More[], Marquesa de las Marismas del Guadalquivir, Vizcondesa de Monterrico de edad 44 años".
Francisco Lacoma y Fontanet desde sus primeros sintió una especial predilección por las pinturas de naturalezas muertas y especialmente por las de flores y floreros. A lo largo de su producción artística realizó pocas obras relativas al género del retrato, pero obteniendo con estas gran maestría como atestigua la obra aquí descrita y su pareja "Alejandro Aguado, Marqués de las Marismas del Guadalquivir" (Museo del Romanticismo, Inv. CE0509). Como podemos apreciar en este lienzo y a lo largo de todo el Romanticismo, será práctica habitual el representar las efigies de los matrimonios por medio de cuadros separados pero mostrando actitudes físicas que se corresponden mutuamente y con los atributos propios de cada sexo. La nueva clase burguesa, en su deseo de imitar a la aristocracia y nobleza de viejo cuño, encargará estos retratos con auténtico fervor.