La vara era una unidad de longitud española usada en el s. XVIII al declararse la medida reglamentaria en la Real Orden de 14 de junio de 1750 que equivalía a 3 pies. Dado que la longitud del pie (patrón de los sistemas métricos arcaicos) variaba, la longitud de la vara oscilaba en los distintos territorios de España, entre los 0,8380 metros de la vara mexicana y los 0,7704 metros de la vara aragonesa. No obstante, la más empleada era la vara castellana o vara de Burgos, de aproximadamente 83,5 centímetros.
Esta era la unidad de medida empleada en los astilleros durante el siglo XVIII y XIX, junto con sus múltiplos y submúltiplos, los pies de Burgos, palmos, dedos, líneas, etc.