Esta carta náutica o “portulano” de doce hojas coloreadas, también denominada Atlas Catalán, está atribuida a Abraham Cresques. En cuatro de ellas se detalla información de cosmografía y navegación, incluyendo un calendario perpetuo construido para 1375. Geográficamente, abarca desde los archipiélagos del Atlántico, Canarias y posiblemente Azores, y la costa africana, hasta la isla de Japón. Esta inmensa extensión, posiblemente, fue lo que llevó a los Cresques a incluir un nuevo elemento en la cartografía náutica medieval, que desde entonces se repetirá constantemente: la rosa de los vientos. En esta primera aparición son varias las representadas con los ocho vientos principales en color y los puntos cardinales.
Los «portulanos» medievales, también llamadas cartas portulanas, son instrumentos cartográficos que, junto a otros instrumentos náuticos como la brújula, se convirtieron en auténticas herramientas que permitieron a los navegantes moverse con cierta seguridad entre las costas del Mediterráneo. Comenzaron a realizarse durante la Edad Media en el siglo XIII y siguieron manteniéndose hasta la Edad Moderna en un área geográfica del Mediterráneo con una intensa relación política, comercial y cultural concentrada en diversas ciudades, entre las que destacarían como grandes centros de la producción cartográfica Mallorca, Génova y Venecia. Esta es una de las piezas más destacadas de la escuela mallorquina.