Se trata de la tabla central de un retablo desaparecido, contratado en el mes de junio de 1394 por Pere Serra, destinado a la iglesia del convento de Sant Domènec de Manresa. Corresponde al periodo de plena madurez artística del pintor y es considerada una de sus obras maestras. Pere Serra se formó como pintor en el taller barcelonés de Ramon Destorrents, donde trabajó por un periodo de cuatro años a partir de 1375. Posteriormente, en compañía de sus tres hermanos, también pintores, formó parte del taller pictórico familiar. Se tiene constancia documental de su producción pictórica desde 1375 hasta 1405. Desde su taller dominó el panorama artístico catalán imponiendo el estilo italogótico a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XIV, lo que se pone de manifiesto en los numerosos retablos que realizó por todo el territorio de la antigua corona catalanoaragonesa. La etapa creativa a la que corresponde esta tabla aún se caracteriza por la supervivencia de este estilo equilibrado, sereno y contenido propio de la estética italogótica, si bien ya aparecen elementos más propios del gusto preciosista y lujoso del nuevo arte gótico internacional. La escena representa las figuras de pie de san Bartolomé con el libro y el cuchillo, símbolo de su martirio, y san Bernardo de Claraval con el libro y el báculo, este último revestido con una capa pluvial ricamente bordada.