Pintura basada en la desgraciada historia de amor que aparece en el libro VII, (835-841) de las Metamorfosis de Ovidio, representa los amores desdichados del ateniense Céfalo casado con la bella Procris y de cómo la diosa Diana enamorada del joven pone en peligro la felicidad de la pareja.
Giordano utiliza un estilo que caracterizará parte de su producción: gestos grandilocuentes de los personajes, el fuerte plegado de paños, las musculaturas que imprimen volumen y corporeidad y la monumentalidad de las arquitecturas. Todo ello reforzado por una luz en diagonal que aumenta la teatralidad del momento representado.