Con base en el tamaño, puede suponerse que se hizo para un altar pequeño o bien para usarlo en la casa de la cofradía. La tela de base es de manufactura industrial con una pieza de encaje comercial añadida. El bordado se hizo con hilo de seda. Los principales elementos iconográficos son tres floreros, parecidos a los que aparecen bordados en el sobre huipil de Cantel. Una línea azul los interconecta (que quizá pueda interpretarse como un río o unos cerros) y se encuentran rodeados por cisnes o patos, mujeres y plantas. Sobre los floreros vemos custodias flotando libremente y flores. Esta misma iconografía aparece en los diseños brocados de trama suplementaria en huipiles, servilletas y manteles ceremoniales de San Pedro, así como en tejidos ceremoniales de Quetzaltenango (Quetzaltenango). El ingenuo estilo del diseño aparece en bordados en los que la o el artista no se siente limitado por la mera geometría de producir los diseños en brocado de trama suplementaria. Tomado del libro Bordados: puntadas que unen culturas por Barbara Knoke de Arathoon & Raymond E. Senuk