Las piezas europeas de oro y plata eran de una calidad extraordinaria y su rica iconografía ilustraba conceptos teológicos. Este cáliz, de copa lisa y amplia, astil hexagonal con ventanas ciegas de tracería gótica y fondo esmaltado, representa el Doble Credo, una iconografía que se remonta a los orfebres del siglo XII de la región del río Mosa.