Un reloj de torre básicamente consiste en un bastidor con varios ejes que se mueven a medida que caen las cuerdas enrolladas con contrapesos. Una serie de engranajes ralentizan y acompasan este movimiento. Los relojes ganaron en precisión a partir de la incorporación del péndulo a las maquinarias en la segunda mitad del s. XVII.
En 1756, el mismo año en que se da por finalizada la torre de la parroquia de Elgoibar, se firma un contrato de reparación del reloj, lo que indica que ya existía. En esta villa está documentada la existencia de un taller familiar de herrería y relojería desde el s. XVI.
Esta maquinaria proviene del reloj del campanario de la parroquia de San Bartolomé de Elgoibar (Gipuzkoa) y es depósito del Obispado de San Sebastián en Gordailua.
Bibliografía:
Juan Garmendia Larrañaga, Juan. Artesanos relojeros. Cuadernos de etnología y etnografía de Navarra, 1970. 2, 5, 267-274.
Garmendia Larrañaga, Juan. Yeregitarrak : Beteluko erlejugilleak = Artesanos relojeros : Los Yeregui. In: Euskal esku-langintza = Artesanía vasca. Donostia = San Sebastián : Auñamendi, 1972. III, 156-183
http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/jgl/02001375.pdf
Número de inventario: BES-042259-001
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