De todas las imágenes de Clotilde que dejó Sorolla, seguramente ésta sea la más amable y risueña. Clotilde tiene treinta y cinco años, pero su aspecto es muy juvenil. El sobrio traje gris que marca su siempre esbelta cintura aparece en otros cuadros y dibujos de Sorolla, a veces en rojo. A la moda del momento, lleva los hombros abultados y el cuello alto, y marca poco el busto, dejando caer la tela sobre el cinturón. Tienta pensar que la hebilla fuera una de las que Sorolla le compró ese mismo año en París.
Es un retrato plenamente 1900, que recuerda el estilo de Ramón Casas: sencilla la organización espacial, fluido el dibujo, gama de color apagada. La elegancia natural de Clotilde aparece perfectamente entonada con su entorno.