La desahogada situación económica de este destacado paisajista guipuzcoano de entre siglos le permitió dedicarse a la pintura sin las preocupaciones aparejadas a los dictados del mercado, lo que se tradujo en la libertad para asumir una diversidad de lenguajes que transitan entre el realismo y el impresionismo. Además de sus numerosos paisajes de interior, Salís fue un notable marinista. El mar y su movimiento, sus alteraciones e interacciones con el elemento humano, fueron motivos recurrentes en su producción. Aunque en muchas ocasiones se acercó al mar desvinculado de ópticas pintorescas, es cierto que en algunas de sus obras existe un componente romántico que se evidencia en el gusto por los naufragios, las tempestades y los mares bañados por la luz de la luna o los últimos rayos del día.
Por formato y ejecución, Costas de Guetaria es una obra concebida para su exhibición pública. De factura irreprochable, combina un óleo diluido aplicado mediante largas pinceladas en la masa de agua, con otras cortas y ligeramente empastadas en las zonas de rompiente. Las diagonales compositivas le permiten acentuar la sensación de dinamismo inherente a la representación de un mar agitado.
Mikel Lertxundi Galiana
Número de inventario: STM-000341-001