Abrigo de tarde, largo a media pierna, en terciopelo de algodón negro y gasa de seda con aplicación de mostacillas de pasta vítrea transparentes y negras en degradado. Tiene cuello alto, manga murciélago y corte curvo en el remate inferior.
La silueta desarrollada por Poiret hasta 1914 tiene continuidad en sus creaciones del decenio siguiente, en el que, frente a la nueva moda práctica liderada por Chanel, se estanca en una concepción exuberante que coquetea con lo artístico -colaboró por entonces con Raoul Dufy- sin llegar a reencontrarse con la aceptación del público, si bien sus piezas siguen siendo ejemplo de su buen hacer.