En 1935 Spratling fundó el famoso Taller de Las Delicias que llegó a emplear a 300 artesanos organizados bajo el modelo de los gremios de origen medieval, en el que los maestros se comprometían a enseñar el oficio a los aprendices, quienes después de varios años de madurar y perfeccionar diversas técnicas subían de categoría o iniciaban sus propios talleres.
Héctor Aguilar, Antonio Pineda, Antonio Castillo, Valentin Vidurreta y Sigi Pineda aprendieron el oficio de la platería en el Taller de Las Delicias, convirtiéndose en reconocidos maestros del diseño mexicano en plata.