Spratling mudó el taller de platería a su rancho de Taxco El Viejo donde continuó trabajando la plata y entrenando a artesanos durante los siguientes veinte años bajo la compañía William Spratling S.A. de C.V. Continuó estudiando y coleccionando esculturas y obras de arte precolombinas. A partir de ellas ideaba sus propios diseños.
En esta época Spratling conoció a Alberto Ulrich, quien se convirtió en un gran amigo con quien compartió la fascinación por la historia mexicana y un espíritu aventurero.
Hoy en día el rancho se mantiene como el taller donde se produce el legado en plata de Spratling.