Los edificios virreinales en el Perú se inspiraron en modelos peninsulares y europeos. Las construcciones más prominentes de la ciudad, eran del tipo eclesiástico y gubernamental, además de las casonas de las familias pudientes.
La Biblioteca Nacional del Perú se creó en 1821 sobre la base de un edificio que perteneció a la orden jesuita desde los albores del Virreinato, donde albergaron un claustro estudiantil. Este espacio, además de estar compuesto por salones para albergar las colecciones y salas de lectura, contenía un patio de estilo colonial de proporciones cuadradas. En su primer nivel, este patio se rodeaba de una arquería conducente a la galería, mientras en el segundo, se encontraba flaqueado por columnas y un balcón.
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