"Casa colonial" está construida a partir del principio de ambigüedad en la relación figura-fondo: no hay un adelante y un atrás, aun cuando en ciertas partes esto sea apenas perceptible. En realidad, es el título de la obra el que nos da una clave de lectura. Es solo esta información paratextual la que nos permite orientar nuestra visión al reconocimiento de formas arquitectónicas que, aun cuando siguen manteniendo su función estructural, están dominadas por una sensación de inestabilidad. Esa sensación está determinada por la cantidad de elementos que se ven sometidos a un movimiento incesante en ambos sentidos, horizontal y vertical: curvas y contracurvas, rectas que se transforman en curvas. Nada se detiene sobre la superficie. Solo dos figuras humanas son reconocibles en un incierto primer plano, mientras que otra se funde en el enjambre de líneas y colores que domina la mayor parte de la pintura.