Crátera íbera de imitación griega realizada a torno en arcilla de color rojizo. Está compuesta por una base recta y anular que se eleva mediante una serie de molduras (de menor diámetro según altura), conformando un pie compuesto. De éste nace el cuerpo globular del recipiente que alcanza el diámetro máximo de la pieza, que se invasa disminuyendo su diámetro al llegar al cuello, de sección cilíndrica. La boca es circular, con labio exvasado recto. Lo característico de este recipiente son las asas rectas que van desde el galbo hasta el labio, rematadas por unos salientes horizontales, a modo de columnas. Las cráteras de columnas fueron introducidas en la Península Ibérica desde finales del siglo V a.n.e. Este tipo de recipientes fueron imitados por los pueblos que ocupaban la Península, con un estilo de menos calidad, sin decorar. Se empleaban por los áticos para mezclar vino y agua; en cambio, el uso que se le atribuye con los iberos es de carácter simbólico.