En febrero de 1716 colapsó el puente de origen medieval de la ciudad de Blois. La construcción de uno nuevo le fue asignado al arquitecto Jacques V Gabriel en colaboración con los ingenieros Jean-Baptiste de Règemorte y Robert Pitrou. Centenares de hombres fueron llamados al sitio para garantizar la construcción del puente, cuyo primer estribo fue colocado en 1717. En 1724 se abrió a la circulación. En 1937 fue catalogado como monumento histórico de Francia.
La obra exhibe un paisaje urbano temprano y da testimonio de una serie de adelantos tecnológicos. En la pila del fondo se observa la colocación de los mampuestos, mientras que en la del primer plano se lleva a cabo el dragado del agua mediante ruedas movidas a mano o por caballería y la colocación de los pilotes, cuyas puntas se queman con antelación para facilitar la hinca. Esta última tarea sucede en el centro de la pintura. En la esquina inferior derecha un grupo de nobles visitan el levantamiento.
La obra se les atribuye a Jean-Baptiste Martin el viejo o el joven. El viejo fue un reconocido pintor de batallas, quien también produjo escenas históricas, paisajes, retratos y bodegones. Fue director de la Manufacture nationale des Gobelins en París. El joven fue pintor y grabador, alumno de Adam Frans van der Meulen.
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